Síndrome Premenstrual
El síndrome premenstrual (SPM) es una entidad compleja, que se define como una combinación de alteraciones físicas y psíquicas de caracter cíclico justo antes de la menstruación. Tras ella, existe un periodo asintomático.
Comprende uno o varios síntomas, que en muchas ocasiones condicionan y afectan a las actividades de la vida diaria o a la actividad laboral.
Signos y síntomas
Los síntomas relacionados con el SPM son muy variables, y ninguno de ellos es específico dela patología.
Los síntomas más habituales son la presentación repetida de irritabilidad, depresión o fatiga, sensación de inflamación abdominal y de las extremidades en grados variables, hipersensibilidad mamaria, problemas de concentración, alteración de la sed y/o del apetito y cefalea, durante la segunda mitad de la fase lútea (en los últimos 7-10 días del ciclo).
La sintomatología psicológica puede incluir cambios depresivos (distimia, anhedonia, labilidad emocional), de comportamiento (irritabilidad, aislamiento, conflicto interpersonal) y cognitivos (reducción de la capacidad de memoria, de la atención y del rendimiento intelectual).
Entre los síntomas físicos destaca la mastodinia (dolor mamario cíclico), la inflamación, la cefalea, el acné, los sofocos y síntomas gatrointestinales inespecíficos.
Lo verdaderamente caracteristico del SPM es la reaparición de los síntomas siguiendo un patrón estable cada ciclo menstrual, con una duración variable; se inician e incrementan de manera progresiva a lo largo de la fase lútea (con un máximo justo antes del inicio de la regla), para atenuarse rápidamente y desaparecer siempre antes del cuarto día de la misma.
Cuando y como tratar el síndrome premenstrual
Los objetivos del tratamiento son controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
Puesto que no se dispone de un tratamiento etiológico, las estrategias posibles se reducen a dos:
- Tratamiento dirigido a los síntomas.
- Manipulación hormonal del ciclo ovárico.
MEDIDAS GENERALES
Son siempre recomendables y pueden ser suficientes en casos leves, sin requerirse otras intervenciones terapéuticas:
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Información:
- el simple conocimiento del problema que aflige a la mujer, la liberación de sentimientos de culpa y una actitud empática y de apoyo del personal sanitario siempre es valiosa, y en ocasiones suficiente, para el alivio sintomático.
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Cambios de estilo de vida:
- Ejercicio aeróbico regular.
- Reducción del estrés.
- Dejar de fumar.
- Reducción del consumo de alcohol.
- Reducción del consumo de cafeína.
- Reducción del consumo de sodio.
- Modificaciones dietéticas: ingesta regular, frecuente y fraccionada de comidas ricas en hidratos de carbono complejos y bajos en grasas.
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Suplementos nutricionales y fitoterapia:
- Vitamina B6.
- Calcio.
- Vitamina E.
- Magnesio.
- Triptófano.
- Tanaceum parthenium.
- Angelica sinensis.
- Extracto de vitex agnus-castus.
- Aceite de onagra.
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Fármacos:
- Tratamientos hormonales:
- Anticonceptivos orales: aunque suprimen la ovulación, su efecto sobre la sintomatología premenstrual es impredecible. Aproximadamente en un 25% de los casos pueden mejorar los síntomas de hinchazón, la mastodinia y los cambios psíquicos.
- La drospirenona es un progestágeno análogo de la espironolactona con acción antiandrógena y antimineralocorticoidea; mejora la hinchazón, la mastodinia, la irritabilidad y la depresión, y además controla el acné, el apetito y el ansia de comer.
¿Qué hacer ante el síndrome premenstrual?
Tras valorar los síntomas predominantes, podemos orientar el tratamiento hacia cambios de estilo de vida y ejercicio físico que asociados a unan pauta de fitoterapia y/o vitaminas pueden ayudar a aliviar los síntomas.
Si los síntomas son importantes o no responden l tratamiento, debe recomendarse la consulta a un especialista para una valoración individualizada.